La colaboración, el respeto, la tolerancia y la inclusión fueron claves para cultivar un espacio de sana convivencia. Las autoridades académicas contribuyeron para el desarrollo armonioso de los juegos, a pesar de que varios alumnos y alumnas no habían interactuado antes, se motivaron a participar en parejas y equipos para la búsqueda de propuestas que respondieron al cuestionamiento de ¿Cómo tener una participación activa como ciudadana (o)? y, aunque fue una actividad corta, las interacciones entre estudiantes fomentaron el trabajo en equipo y generaron comunidad para llegar a un objetivo común.
En la feria también participaron otras áreas de promoción de la cultura de paz, de una vida libre de violencia, salud sexual reproductiva y la no discriminación. Al finalizar, se concluyó con la convicción de que estas actividades contribuyen a la activación ciudadana de las nuevas generaciones, tan necesaria para la reconstrucción del tejido social.